No son pocos los padres intranquilos por la resistencia de sus hijos a leer. Es relativamente frecuente. Por un lado el esfuerzo que puede requerir en el joven lector. Por el otro, la creciente competencia de actividades lúdicas (esas consolas de videojuegos…) por acaparar su tiempo libre.
Pero si como padres estamos convencidos de lo importante de esta actividad, así debemos transmitírselo. ¿Y por qué no hacerlo con una carta? Os dejo un ejemplo que quizá os guste.