Una consulta que recibo recurrentemente de padres y madres es sobre la posibilidad o idoneidad de introducir a sus hijos en la lectura de manera temprana, esto es, comenzar a enseñar a leer a un niño antes de los 5 años. Veamos las ventajas e inconvenientes de esta posibilidad y qué acostumbran a recomendar los expertos al respecto.
¿Está el niño de 3 o 4 años preparado para empezar a leer?
Ya vimos en su momento en un post anterior (¿Cuál es la mejor edad para aprender a leer?) que aprender a leer es un proceso relativamente complejo que requiere que el niño haya alcanzado ciertos niveles de madurez en tres dimensiones: psicomotricidad, pensamiento simbólico y desarrollo emocional. E indicábamos también que típicamente el niño o niña alcanza estos niveles de desarrollo entre los 5 y los 6 años de edad.
En un post posterior profundizamos también en cómo saber que el niño está preparado para aprender a leer, y poníamos el ejemplo de países tan avanzados en materia educativa como Finlandia, Holanda o Alemania en los que se considera que hasta los 6 o 7 años los niños no están preparados para leer, por lo que en la escuela no se comienza la enseñanza formal de la lectura hasta estas edades para reducir el riesgo de que una presión temprana conduzca a que el niño rechace la lectura.
En definitiva, salvo excepciones, podemos concluir que un niño de 3 o 4 años de edad probablemente no haya desarrollado todavía las capacidades necesarias para abordar el aprendizaje de la lectura de la manera más eficiente y eficaz.
¿Significa eso de que debemos esperar a que el niño cumpla los 5 años?
En realidad, no. Significa que hasta esa edad (o siendo más precisos: hasta que el niño o niña alcance los niveles de madurez que hemos citado anteriormente) el proceso de aprendizaje no sería el óptimo.
Pero no debemos entender que comenzar a trabajar en actividades de prelectura antes de esta edad resulte perjudicial: de hecho no sólo no es negativo sino que puede resultar sumamente recomendable introducir en la lectura de manera temprana al niño siempre y cuando se haga de modo lúdico, jugando y sin ejercer ningún tipo de presión ni querer forzar el ritmo de aprendizaje.
¿Cómo enseñar entonces a leer a un niño de menos de 5 años?
El foco en esta etapa temprana debe centrarse en las actividades de prelectura: comenzar aprendiendo las letras mediante canciones, actividades y juegos puede ser un primer paso (quizás os interese por ejemplo recuperar otro post anterior en el que recopilábamos juegos para aprender el abecedario).
Conforme el niño progrese en el reconocimiento de las letras puede abordarse el salto a la lectura de sílabas y primeras palabras. Esta etapa resulta particularmente crítica ya que sienta las bases esenciales para afrontar posteriormente la lectura propiamente dicha. También hemos hablado anteriormente sobra la necesidad de contar con un buen material de apoyo que nos ayude en esta fase y hemos analizado por ejemplo la cartilla de lectura que más recomiendan los expertos actualmente.
Es igualmente crítico la actitud que padre y madre deben mantener durante estas etapas iniciales. En otro post de hace un tiempo dábamos ya una serie de pautas y consejos sobre cómo enseñar a un niño que podemos resumir en:
- Construye un entorno en el que el niño conviva con la lectura y la escritura. Es importante que el niño/a perciba que estas actividades forman parte de manera natural de la vida diaria y que vea que sus referentes adultos leen y escriben con frecuencia.
- Léele desde pequeño: contribuirás al desarrollo del lenguaje y del pensamiento del niño/a y favorecerás su futuro aprendizaje de la lectura.
- Convierte la lectura en un juego compartido y divertido. El niño/a se verá acompañado en el proceso de aprendizaje y se sentirá respaldado y motivado.
- Déjale experimentar. Ánima al niño/a a que experimente libremente, a que intente leer aquello que encuentre en su camino de modo que vea la lectura como algo presente en todo lo que le rodea.
- Adáptate a su ritmo. Evita precipitarte e id progresando en el aprendizaje conforme el niño vaya mostrando más curiosidad e interés por aprender.
- Premia, no castigues. Debemos apreciar positivamente los progresos que el niño vaya consiguiendo y restar importancia a aquello en lo que se equivoca. Este aspecto resulta particularmente crítico si queremos evitar un rechazo del niño hacia la lectura.
En definitiva, ¿es posible enseñar a leer a un niño antes de los 5 años?
Con todo lo dicho, mi opinión es que es perfectamente posible anticipar a edades tempranas ciertas actividades de prelectura que permitan al niño acelerar el aprendizaje en sí de la lectura, siempre y cuando estas actividades se desarrollen desde un prisma esencialmente lúdico, desvestido de cualquier presión sobre el niño, y se asienten con la adopción de un serie de hábitos en el entorno del niño que fomenten y le acerquen a la lectura de manera natural.
Desde el mismo punto de vista, resultará contraproducente intentar forzar al niño a aprender a leer cuando probablemente no esté todavía preparado para ello, con el riesgo de que ello redunde en un rechazo del niño hacia la lectura. De ahí que insista en que es esencial que estos primeros acercamientos del niño a la lectura se realicen desde el juego, de manera muy gradual y en pequeñas dosis.