Leer un texto implica comprender su significado. La simple descodificación del texto, por la cual identificamos desde las unidades lingüísticas más simples (letras, sílabas) a las más complejas (palabras, frases), no es suficiente. La comprensión lectora requiere construir el sentido más allá de las palabras y ello no es fácil. De hecho, comprender un texto escrito es uno de los procesos neurológicos más complejos que existen y uno de los grandes retos a los que se enfrenta el niño a la hora de aprender a leer.
Es muy común, en las primeras etapas de aprendizaje de la lectura, que el niño sea capaz aparentemente de leer con relativa soltura textos de relativa extensión pero que al ser preguntado sobre el sentido de lo leído el niño no sea capaz de responder apropiadamente. El proceso mecánico del reconocimiento y descodificación del texto es un primer paso imprescindible pero que debe ser complementado con el desarrollo de habilidades propias de comprensión lectora que permitan al niño entender lo que está leyendo. Sólo entonces podremos decir que el niño sabe leer.
Diversos elementos pueden facilitar (o dificultar) la comprensión de la lectura del niño: desde el tipo o tamaño de la letra, el tipo de texto o la complejidad del vocabulario y estilo empleado. Pero, en líneas generales, estos factores externos son menos relevantes que la propia capacidad y habilidad del niño para prestar atención al significado del texto.
El desarrollo de estas habilidades de comprensión lectora es una competencia esencial que nos acompañará a lo largo de toda nuestra vida. Adquirir esta capacidad cuanto antes contribuirá a que el niño acelere y maximice su desarrollo intelectual, facilitando mejores desempeños en cualquier actividad tanto dentro como fuera de la escuela, dotando al niño (y mañana al adolescente y adulto) de los mecanismos necesarios para analizar, procesar, seleccionar, y sintetizar la información a la que tenga acceso.
Dado que es una de las competencias críticas que el niño debe adquirir durante sus primeros años en la escuela, permitidme que os dé una serie de consejos y actividades con las que podéis ayudar a vuestro hijo o hija a mejorar su comprensión lectora:
Tabla de contenidos del post
Cómo mejorar la comprensión lectora del niño: Crea un hábito lector
La atención del niño es un recurso limitado. Cuanto más esfuerzo tenga que hacer el niño en la etapa de descodificación del texto (reconocer las letras, las sílabas, las palabras) menor atención tendrá disponible para buscar su significado. Recíprocamente, cuanto más fluido y ágil sea dicho proceso de descodificación, más atención podrá poner el niño en entender lo que lee. Mecanizar el proceso de descodificación es una habilidad que se adquiere con la práctica: cuánto más lea el niño, más soltura tendrá. Y cuanta más soltura tenga al leer, más fácilmente entenderá lo que lee.
Fomenta en el niño un hábito lector. Incentiva el que cada día dedique al menos unos minutos a la lectura. Progresivamente consolidará una descodificación más ágil, lo que a su vez redundará en que cada vez entienda mejor lo que lee.
Cómo mejorar la comprensión lectora del niño: Lee junto a él y hazle preguntas sobre lo leído
Acompañar al niño en sus momentos de lectura es un gran acelerador en la mejora de sus capacidades lectoras. Por una parte el niño tenderá a prestar mayor atención, por otra nos permite intercalar en la lectura preguntas que le hagan reflexionar sobre lo que está leyendo, facilitando el desarrollo de sus habilidades de comprensión lectora: «¿Quién ha dicho eso?», «¿Por qué ha hecho eso?», «¿Te gusta esta parte de la historia, por qué?
Cómo mejorar la comprensión lectora del niño: Lee junto a él y ayúdale con el vocabulario
Leer junto al niño nos permite también ayudarle con el vocabulario del texto, contribuyendo a que lo entienda mejor al tiempo que enriquece su propio vocabulario. Pregúntale de vez en cuando por alguno de los términos del texto («¿Sabes decirme lo que significa esta palabra?») y ayúdale a encontrar sinónimos apropiados para ellos («¿Qué otra palabra significa lo mismo?).
Cómo mejorar la comprensión lectora del niño: Lee junto a él y pídele que anticipe lo que falta por leer
Una actividad especialmente interesante es la de intercalar en la lectura con el niño preguntas relativas a cómo puede evolucionar el texto: «¿Qué crees que va a pasar luego?». No sólo permite desarrollar la comprensión de la lectura ya que poder plantear un escenario futuro requerirá al niño haber entendido bien lo leído hasta ese punto, sino que facilitará el desarrollo de su creatividad.
Cómo mejorar la comprensión lectora del niño: Ayúdale a establecer conexiones
Enlazar lo que el niño está leyendo con lo que ya sabe o conoce mejorará su nivel de comprensión. Si en el texto se menciona un lugar, un objeto o un personaje conocido por el niño ayúdale a identificar esta conexión: «¿Te acuerdas de cuando estuvimos en esa ciudad?», «¿Recuerdas que este personaje es el mismo que el de la película que vimos la semana pasada?»
Cómo mejorar la comprensión lectora del niño: Al terminar la lectura, pídele que te la resuma
Finalizada la sesión de la lectura, pide al niño que te resuma con sus palabras lo leído. Al pedirle que estructure y verbalice los contenidos leídos estarás facilitando con ello la adherencia y persistencia del proceso de comprensión.
Cómo mejorar la comprensión lectora del niño: Al terminar la lectura, pídele que te la dibuje
Alternativamente, pide al niño que tras leer el texto te haga un dibujo que represente aquello que ha leído. Traducir en imágenes las palabras requiere comprenderlas por lo que al llevar a un dibujo lo que ha leído contribuirá a que el niño refuerce su comprensión de la lectura.
Cómo mejorar la comprensión lectora del niño: Recomendaciones finales
Como he indicado en otras ocasiones, debéis tener siempre en cuenta que cada niño tiene su propio ritmo de aprendizaje. No intentéis forzarle y mantened siempre una actitud paciente y positiva durante el aprendizaje. La constancia, como en casi todo, es clave. Practicad con regularidad las técnicas que hemos visto y veréis progresos con rapidez.
Para aquellos que me habéis preguntado sobre lecturas o material de apoyo recomendado para poner en práctica estas técnicas, en principio podéis aplicarlas utilizando cualquier libro de lectura. Procurad que sean lecturas que interesen al niño. Una recomendación interesante puede ser la colección Leemos Juntos, de la que ya os he hablado en otra ocasión cuando hablábamos de libros para aprender a leer; no sólo son lecturas estructuradas especialmente para ser compartidas entre el padre o la madre y el niño o niña de entre 5 y 7 años, sino que incluyen además una sección complementaria dirigida específicamente a fomentar la comprensión lectora (no conozco otra colección de cuentos que lo haga).
Como siempre, espero que estas indicaciones os sean de ayuda 🙂
Excelente artículo. Claro y conciso fácil de entender para los padres.
¡Muchas gracias por tu amable comentario Carolina!