Uno de los secretos mejor guardados de los métodos de aprender a leer es la poesía, una de las herramientas más utilizadas y mejor valoradas por profesores de educación infantil en todo el mundo.
Y es que la poesía es uno de los mejores medios para fomentar el gusto por la lectura entre los niños. Es difícil incentivar a un niño a leer algo que no le atrae, mientras que con la poesía el niño queda prendado con la belleza y la armonía que transmite la rima. Además, la brevedad de los textos de poesía dirigidos a los más pequeños contribuye a que les sea un formato particularmente atractivo.
Si hablamos de poesía infantil, tenemos que citar a la gran Gloria Fuertes. Su obra ha pasado de generación en generación, y hoy en día sus poemas siguen atrayendo a multitud de niños a la lectura.
Permitidme que a modo de homenaje a Gloria reproduzca uno de sus poemas más conocidos, que muchos de nosotros aprendimos en el colegio y que es probable que hoy tu hijo esté aprendiendo también.
La pata mete la pata
La pata desplumada,
cua, cua, cua,
como es patosa,
cua, cua, cua,
ha metido la pata,
cua, cua, cua,
en una poza.
¡Grua!, ¡grua!, ¡grua!
En la poza había un cerdito vivito y guarreando,
con el barro de la poza, el cerdito jugando.
El cerdito le dijo: saca la pata, pata hermosa.
Y la pata patera le dio una rosa.
Por la granja pasean comiendo higos.
¡El cerdito y la pata se han hecho amigos!
Gloria Fuertes
¿Por qué no te sientas un rato con tu hijo o hija y le lees esta hermosa poesía? ¡Te sorprenderá lo mucho que le va a gustar!