Con relativa frecuencia los padres de mis alumnos de 5 y 6 años me piden consejo sobre lecturas y libros infantiles recomendables para niños y niñas de esta edad (es una consulta casi tan frecuente como la de que recomiende una cartilla de lectura para niños de entre 3 y 5 años).
Típicamente, cuando el niño alcanza esta edad ya ha conseguido superar la etapa de reconocer las letras y fonemas y las distintas tipologías de sílabas, es capaz de leer sus primeras palabras y está preparado para empezar a leer sus primeras frases y pequeños textos.
De cierta forma es esta una etapa de transición: tu hijo ya ha realizado el esfuerzo de reconocer y aprender las grafías y asociarlas a sonidos, a construir sílabas y palabras y ahora necesita únicamente ganar un poco de soltura y confianza antes de afrontar lecturas de mayor complejidad.
Pero es importante entender que esta es una fase particularmente delicada: no tanto por la dificultad técnica en pasar de leer palabras a leer frases y textos completos sino porque es durante esta etapa cuando el niño adquirirá ó no hábitos y actitudes positivas hacia la lectura; aquellos niños que superan estas primeras lecturas en un entorno de aprendizaje adecuado presentan una mayor propensión a desarrollar hábitos de lectura constructivos durante su adolescencia y edad madura. Por el contrario, aquellos niños que interpreten su inmersión en esta fase como un proceso forzado o tedioso probablemente trasladen su rechazo a la lectura a edades posteriores, con todo lo que ello implica. Es por ello que debemos ser muy cuidadosos sobre cómo abordar con el niño esta etapa del aprendizaje y qué libros y lecturas elegimos.
Lo más recomendable es ofrecer al niño de esta edad lecturas breves, típicamente bajo el formato de álbum ilustrado, con una fuerte componente visual y textos cortos pero que permitan al niño ganar interés por la lectura. Son múltiples las opciones dentro de la sección de literatura infantil que podéis encontrar con estas características, aunque mi consejo es asegurarnos de alternar lecturas que permitan trabajar tanto con letra de imprenta como con letra ligada y letras mayúsculas y letras minúsculas. Escoged preferentemente aquellos libros con ilustraciones y formatos atractivos y con temáticas divertidas y que puedan capturar la atención de vuestro hijo o hija.
Particularmente, suelo recomendar la colección Leemos Juntos, recientemente lanzada al mercado y cuya original aproximación metodológica la convierten en una propuesta única. Es esta una colección de cuentos e historias infantiles diseñadas desde una visión realmente innovadora y sustentada en los últimos avances de la neurodidáctica. El concepto es simple: en lugar de un simple cuento que el niño tenga que leer, la historia se presenta como un punto de encuentro en el que el niño y el adulto (padre, madre o docente) comparten la lectura.
Literalmente la historia se lee de manera conjunta entre el niño y el adulto, facilitando con ello no sólo el que el niño reciba de manera directa el apoyo del adulto, sino incentivando la participación activa del adulto y los beneficios que sobre el niño redundan de ello. Cada página identifica mediante un simple código de colores por quién debe ser leída, por el adulto o por el niño. La tipología y tamaño de letra varía de un caso para otro, así como la complejidad del vocabulario y de las estructuras sintácticas y semánticas utilizadas.
El convertir estas primeras lecturas en un proceso compartido con el padre o la madre tiene un impacto sobresaliente en cómo el niño percibe la experiencia y el valor que le otorga, lo que a su vez se traduce en un progreso significativamente más rápido y eficaz que el obtenido mediante enfoques más tradicionales. El niño aprende a leer mejor y más rápidamente y las tasas de compresión lectora son igualmente sustancialmente mejores.
Tanto el diseño de la colección, los relatos y el trabajo de los ilustradores son realmente buenos, sencillos, sin grandes aspavientos y dirigidos de manera muy evidente a conquistar al niño.
Vengo utilizando material de la colección Leemos Juntos desde su lanzamiento hace unos meses y he de reconocer que el resultado del trabajo que he desarrollado utilizándolo en mis clases me ha sorprendido de manera muy grata. La respuesta que recibo de mis alumnos es extremadamente positiva: no sólo les encanta tanto el estilo y contenido de las historias (las de los Tres Detectives son las que más gustan) como el diseño de las ilustraciones, sino que los personajes y las tramas consiguen llamar poderosamente su atención, hasta el extremo de lograr despertar de manera manifiesta en el niño el interés y afición por leer más, lo que a su vez se traduce en un rápido progreso en sus habilidades lectoras.
Del mismo modo, la respuesta que recibo de padres que han utilizado esta colección para acelerar o reforzar el aprendizaje de sus niños es igualmente entusiasta, por lo que no me cabe duda alguna a la hora de presentarlo como el material de apoyo más recomendable para niños y niñas de entre 5 y 7 años que ya son capaces de leer con mayor o menor esfuerzo frases y párrafos completos.
Podéis encontrar la colección «Leemos Juntos» y el resto de lecturas recomendadas en este post en librerías especializadas y en Amazon.
Otros ejemplos de libros infantiles y lecturas muy válidas para niños de 5 y 6 años de edad son por ejemplo El topo que quería saber quién se había hecho aquello en su cabeza del autor Werner Holzwarth (tu hijo se partirá de la risa con la escatológica aventura que relata, si buscas cuentos divertidos no te equivocarás eligiéndolo), La ovejita que vino a cenar de Steve Smallman (un cuento que transmite mensajes muy positivos en torno a valores como la amistad y la aceptación de las diferencias) o Los tres bandidos de Tomi Ungerer (una historia tan popular durante estos últimos años que va camino de sumarse a los cuentos clásicos de toda la vida y al que tengo especial cariño). Las autoras Susanna Isern o Begoña Oro o la colección de Pat el Pirata de Rose Impey tampoco son malas opciones.
Como hemos visto, existe libros infantiles a disposición de cualquiera interesado en contribuir de manera activa al proceso de aprendizaje del niño. La clave, como en cualquier ámbito, es saber separar el grano de la paja y trabajar con aquel material que realmente cumpla con este objetivo de facilitar un aprendizaje más eficaz y efectivo.
En todo caso, la actitud del padre o docente es un elemento clave: aprender a leer no es sencillo y requiere paciencia (en esta entrada podéis encontrar una relación de trucos e ideas sobre cómo apoyar y ayudar al niño en su aprendizaje de la lectura). El niño aprende mejor y más rápidamente si afronta el proceso de enseñanza como una actividad lúdica, divertida. Leer es un placer, no una obligación y como tal debe enseñarse.
Confío en que las recomendaciones que os he presentado en este artículo os sean de utilidad. Considerad que el tiempo, esfuerzo y dedicación que pongáis en esta labor de apoyo puede ser la mejor inversión que hagáis para ayudar a mejorar el futuro de vuestro hijo o hija.